Dos hombres conversaban un día sobre el asunto de hacer decisiones. Uno dijo: "En el día que nos casamos mi esposa y yo, decidí que yo haría todas las mayores decisiones de la vida, y ella las menores." El otro respondió: "Tengo curiosidad." "Cuales han sido las decisiones menores que tu esposa ha hecho hasta este momento?" Respondió el primero: "Oh, tu sabes, cosas como cuando y donde compramos muebles o un carro nuevo, donde y cuando tomabamos nuestras vacaciones, donde viviríamos, las universidades que nuestros hijos asistirían, cositas como esas." Dice el otro: "Ahora tengo más curiosidad por saber cuales fueron las decisiones mayores que tú has hecho." El primero responde: "Prácticamente todo los temas de importancia, como por quien votar en las campañas presidenciales, sobre cuales paízes debemos enforzar embargos de comercio, cual nivel de comercio debemos establecer con el paíz de Finlandia, cosas semejantes." ¡Guao!, dice el otro. !Que hombre tan afortunado! Hablando de decisiones, pero ahora seriamente, la de más importancia para cada ser humano es: ¿Que haras con Cristo? Querido lector, ¿confiará usted en Él para que sea su Salvador, o tratará de hallar otros caminos que lo lleven al cielo? Permitame darle esta pista: !No hay otro camino! El único camino al cielo es Cristo. Él mismo dijo en Juan 14: 6, Nadie viene al Padre si no es por mí. En hechos 4:12, la Biblia nos dice de Cristo: Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Olvide su búsqueda personal de un nuevo camino al cielo. ¡No lo hay! Muchos han hecho esta busqueda en vano. Proverbios 16:25 dice: Hay un camino que al hombre le parece derecho, pero al final es camino de muerte. Amigo lector, si ud. nunca le ha entregado su vida y corazón a Cristo Jesús, hágalo hoy y no confíe en si mismo. Proverbios 3:5-6 lo dice de esta forma: Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas. Sin duda, usted, como todos nosotros, ha hecho malas decisiones en la vida. Espero que el tema de entregarnos a Cristo no sea uno de ellos.